"Qué fastidio". Esa era la frase favorita de Nagi Seishiro, estudiante de segundo año de preparatoria, en su día a día. Eso fue hasta que Mikage Reo, un compañero que soñaba con ganar la Copa del Mundo, descubrió la habilidad oculta de Nagi y le animó a jugar al fútbol…